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Stand Up: Guidelines for asertive Behavior

¿Vacila durante las discusiones contenciosas y lucha por expresar su desacuerdo con personas cuyas creencias no se alinean con las suyas? ¿Es imposible para usted decir que no cuando la gente le pide que contribuya con su tiempo o talento a un evento? ¿Con frecuencia hace más de lo que le corresponde, ya sea en el trabajo o en casa? ¿Se siente aterrador hablar de manera positiva sobre sus logros o compartir sus propias opiniones? ¿Sientes que la gente está constantemente caminando sobre ti?





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Si alguno de estos problemas le suena familiar, entonces puede ser el momento de mejorar su asertividad. Si bien algunas personas son naturalmente más asertivas que otras, todos pueden aprender a defenderse y defender sus propias necesidades, deseos y opiniones. Siga leyendo para obtener más información sobre cómo cultivar una actitud de confianza y convicción.

¿Por qué no puedo ser asertivo?

Es posible que se sorprenda al saber que la asertividad de una persona tiene sus raíces en varios factores biológicos concretos. El primero de ellos es la respuesta al estrés. Probablemente haya escuchado que nuestros cuerpos están programados para presentar una respuesta de 'lucha o huida' durante situaciones estresantes. Esta adaptación evolutiva lo insta a ignorar o atacar las amenazas en lugar de lidiar con ellas de una manera tranquila y relajada.



Curiosamente, dado que muestran una incapacidad para enfrentar una amenaza directamente, tanto la agresividad extrema como la evitación completa muestran una falta de asertividad. Esta respuesta de 'lucha o huida' es considerablemente más fuerte en algunas personas que en otras.



Los sistemas de creencias y los roles sociales también impactan considerablemente en la voluntad de una persona de defenderse. Estas son algunas creencias comunes que impiden que muchas personas aprovechen todo su potencial:

  • Es malo / cruel / inapropiado criticar a otra persona
  • Nadie querrá pasar tiempo conmigo si soy demasiado agresivo
  • No importará si me defiendo; nadie me notará de todos modos
  • Si digo eso, entonces ya no les agrado
  • A nadie le gusta pasar tiempo con un quejoso

Aunque normalmente mantenemos estas creencias sin siquiera darnos cuenta, todavía tienen un impacto tremendo en la forma en que pensamos y nos comportamos.



Ciertas posiciones y roles sociales hacen que las personas sean menos propensas a defenderse. A lo largo de la mayor parte de la historia, las mujeres han sido consideradas más pasivas y modestas que los hombres. Debido a esta socialización, muchas mujeres habitualmente dejan de lado sus propias opiniones controvertidas para estar de acuerdo o apoyar a otras personas. Por otro lado, los hombres cuyos modelos masculinos eran agresivos y provocativos a menudo evitan el conflicto por miedo a replicar un comportamiento tan dañino.

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Las experiencias pasadas, especialmente durante la niñez, pueden ser el factor más influyente detrás del comportamiento pasivo. Estas experiencias crean expectativas sobre cómo debemos pensar, hablar y comportarnos, lo que puede parecer casi imposible de desbancar más adelante en la vida.

Algunas personas creen que la pasividad y la asertividad son rasgos innatos e inmutables. Esto es un mito. Casi todo el mundo puede aprender a ser más asertivo acerca de sus deseos y necesidades, al igual que todo el mundo puede aprender a ser más considerado con los demás.



La asertividad es una habilidad que se puede aprender, perfeccionar y practicar con el tiempo. Piense en ello como un músculo en su ejercicio de comunicación o un instrumento en su caja de herramientas emocionales. Cuanto más asertivo actúe, más asertivo se volverá. No será necesariamente fácil. Algunas personas siempre se sentirán tentadas a refugiarse en el silencio o tragarse sus emociones, pero todos pueden aprender a respetar a los demás mientras se cuidan. Siga leyendo para aprender algunas estrategias concretas para defenderse.



Libera tu mente



Ser más consciente de sus patrones de pensamiento, sistemas de creencias y cognición social es un primer paso crucial hacia la asertividad. Comprenda que los roles que ha conocido desde la infancia, ya sea en función de su género, etnia, creencias religiosas o cualquier otra característica, no necesariamente determinan cómo debe actuar.

Tómese unos minutos para pensar en los mensajes que ha recibido sobre cómo debe pensar, sentirse y comportarse. En esencia, la asertividad se trata de presencia: presencia en situaciones, presencia en conflictos y presencia en las relaciones. Cuanto más presente esté en sus pensamientos y sentimientos, más preparado estará para hacerse cargo de la situación.



Empezar tonto

No se sumerja en su viaje de asertividad confrontando a sus padres sobre su comportamiento abusivo o diciéndole a su pareja que no está satisfecho con la relación. Sumergirse en situaciones tan tensas sin una preparación eficaz casi siempre terminará en conflicto y confusión.

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Es mucho mejor empezar de a poco. Busque oportunidades a lo largo del día para dar su opinión y expresar sus preferencias. ¿Prefieres sentarte en la ventana de un restaurante? Pídale a su mesero que cambie su mesa. ¿Crees que la nueva propuesta de proyecto de tu compañero de trabajo es una mala idea? Exprese cortésmente sus preocupaciones en su próxima reunión de equipo. ¿Tu mejor amigo te invitó a una película que se ve terrible? Sugiera gentilmente que compre boletos para otro.

Estos pequeños actos de asertividad pueden parecer inútiles o irrelevantes, pero aumentarán su confianza y sentarán las bases para conversaciones más difíciles más adelante.

Dar otro paso para ser asertivo: di que no

Puede sonar cursi, pero aprender a rechazar cortésmente las solicitudes de los demás es un primer paso suave hacia una mentalidad más asertiva. Permítase decir no más a menudo y se sentirá más cómodo expresando opiniones honestas y estableciendo límites emocionales claros en el futuro.

Decir 'no' puede ser difícil, especialmente si es una persona a la que amas o respetas. Empiece por definir sus propios límites emocionales, físicos y mentales. Si ya está abrumado en el trabajo y tiene dificultades para dedicarle tiempo a su cónyuge, entonces aceptar entrenar al equipo de fútbol de su hijo probablemente no sea una buena idea. Establecer estos límites es una forma de respeto por uno mismo y un signo de relaciones saludables.

Rechazar una invitación o solicitud no tiene por qué ser grosero. Con calma y cortesía afirma que valoras el interés de la otra persona, pero que necesitas decir que no para dar la oportunidad a otras personas que estarán más interesadas en aceptar la invitación.

Aquí hay algunas frases que puede usar:

  • 'Eso suena divertido, pero tengo mucho en mi plato en este momento'.
  • ¿Has pensado en preguntar a _____ en su lugar? Le apasionan este tipo de eventos '.
  • 'Hace un año podría haber dicho que sí, pero ahora paso mi tiempo de manera diferente'.
  • Me halaga que te guste de esa forma, pero no siento lo mismo por nuestra amistad.

Presentar una opción alternativa puede demostrar que aún te preocupas por la otra persona mientras ayudas a llevar la conversación en una dirección diferente.

Una vez que haya dicho su artículo, no retroceda en sus palabras ni modifique sus declaraciones. Es posible que sienta la tentación de seguir con algo como '¡Eso podría cambiar en el futuro!' o '¡Lo pensaré unos días!' Comprométete con tus límites. Respete sus palabras y sentimientos como si respetara los de otra persona.

Deje de sentirse culpable si está siendo asertivo

Desarrollar hábitos más asertivos puede ser un desafío, especialmente si ha complacido a las personas durante toda su vida. Para formar patrones de pensamiento más saludables, reemplace los pensamientos negativos sobre usted (como 'No soy una buena persona' o 'No les voy a agradar') con mantras positivos y alentadores. Aquí hay algunos para que piense en su

  • 'Yo me estoy ocupando'
  • 'Mi bienestar es'
  • 'El cuidado personal no lo es'
  • 'Merezco ser tratado'

Si tiene problemas con la culpa o la negatividad, piense en el consejo que podría darle a un ser querido si se encontrara en su situación. A muchos de nosotros nos resulta más fácil defender a un amigo o familiar que cuidarnos a nosotros mismos. Recuerde que merece el mismo tipo de respeto y comprensión que ofrece a los demás.

Lenguaje corporal

Durante situaciones estresantes, ¿se hace más pequeño cruzando los brazos sobre el pecho, evitando el contacto visual o agachándose en la silla? Este tipo de gestos de comunicación no verbal indican a los demás que espera que se aprovechen de ellos.

Incluso cuando nuestras voces dicen 'No', nuestro lenguaje corporal a veces dice 'No estoy seguro' o incluso '¡Convénceme!' Ciertas posturas, expresiones y comportamientos muestran a otras personas que no estamos dispuestos a hacernos valer. Cambiar esos hábitos es una de las formas más fáciles de parecer más asertivo, y si lo finges durante el tiempo suficiente, ¡tanto tu cuerpo como tu mente comenzarán a creerte! Estos son los elementos más básicos de una postura asertiva de 'poder':

  • Hacia atrás
  • Movimientos corporales relajados pero seguros
  • Contacto visual fuerte y amigable
  • Manos y piernas 'abiertas' que se separan y se vuelven hacia afuera
  • Expresiones faciales receptivas y comprometidas

Puede parecer ridículo, pero practicar estas demostraciones de confianza frente a un espejo cambiará su forma de pensar y animará su estado de ánimo por el resto del día, además de mejorar su confianza en sí mismo.

Use 'I' con más frecuencia

A muchas personas que luchan con la asertividad les resulta muy difícil hacer declaraciones sobre sí mismas, creyendo que es egoísta concentrarse en sus deseos y necesidades. La forma en que hablamos de nosotros mismos es un gran indicador de nuestro autoconcepto y autopercepción. Simplemente incorporar 'yo' en su vocabulario con más frecuencia puede revolucionar su visión de sí mismo. Intente comenzar algunas de sus oraciones con estas frases:

  • 'Yo creo que…'
  • 'Siento…'
  • 'Yo quiero…'
  • 'No me gusta ...'
  • 'Me preocupa…'
  • 'No estoy de acuerdo con…'
  • 'Me gustaría que…'

Irónicamente, concentrarse en usted mismo y no en los demás puede ayudar a disipar la tensión durante las interacciones estresantes. Las personas inseguras a veces desvían sus sentimientos hacia los demás, lo que puede sonar acusador o incluso cruel. Piensa: ¿preferirías escuchar 'Estoy muy cansado y necesito ayuda para cuidar los platos sucios' o 'No te preocupas por mí y nunca me ayudas con el trabajo de la casa'? En una situación como ésta, hablar explícitamente sobre sus propias necesidades es la opción más productiva.

Incluso puedes intentar hacerte este tipo de comentarios. Dígalos en voz alta frente a un espejo, prestando atención a su tono de voz y su lenguaje corporal. Incorpórelos a sus llamadas telefónicas, publicaciones en redes sociales y mensajes de texto. Luego, comience a usarlos más durante las conversaciones de baja presión con personas que se preocupan por usted. Después de un poco de práctica, se sentirá lo suficientemente seguro como para hablar de sí mismo incluso en las circunstancias más estresantes.

Esta también es una oportunidad para pensar en el resto de sus patrones de habla. Muchas personas inseguras expresan sus oraciones como preguntas con las que otros pueden estar de acuerdo o en desacuerdo. También suelen tropezar con palabras 'de relleno' como 'um', 'er' y 'uh', y se disculpan incluso por las declaraciones más inofensivas.

Busque apoyo

Hablar de tus intereses también es una forma agradable y sin presiones de sentirte cómodo para hacerte valer. Los grupos de apoyo, las reuniones de pasatiempos o incluso los grupos de oratoria y discursos son un lugar excelente para perfeccionar sus habilidades, simplemente porque le brindan un ambiente de baja presión para discutir las cosas que son importantes para usted.

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Cuando esté rodeado de personas de ideas afines, se sentirá mucho más cómodo compartiendo opiniones genuinas y ofreciendo críticas honestas. Dar consejos también es un gran refuerzo de confianza, así que asegúrese de ofrecer ayuda a las personas que lo necesiten.

También es posible que desee hablar con un terapeuta autorizado que tenga experiencia con problemas de ansiedad y asertividad. Pueden ayudarlo a evaluar sus patrones de pensamiento actuales, adoptar una visión saludable de sí mismo y aprender estrategias para decir lo que piensa. Si hablar con un terapeuta en persona parece un lugar intimidante para comenzar, también puede consultar a los asesores en línea calificados en BetterHelp.com, quienes pueden brindar el mismo nivel de experiencia sin la incomodidad de una sala de espera.

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